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Se me descocieron los brazos rodeándolos,
si me estrujan saldrán las lágrimas siguiendo un camino que nace en mi hombro,
se han trizado mis piernas cargando su peso.
Y me quedé ciega.

Charles Bukowski

No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. ¡Maldita sea!