|
Que sabor más amargo el de la decepción. Es una navaja que te parte por dentro, te destruye y te hace más fuerte. Pero lo cambia todo, cambia todo aquello que parecía ser tan perfecto, arruina aquello que te volvía pleno.

Aunque el mundo lo vea como algo pequeño, a mi me dio una infelicidad tan grande, y ese maldito sabor amargo no me abandona... ¡Dios! No me abandona.

Charles Bukowski

No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. ¡Maldita sea!