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¿Qué podría decirte? No me lo esperaba, no fue mi intención ser una mala persona otra vez. Es que los clichés del amor son frágiles y repetitivos, yo soy un chocolate para el paladar de la tentación, bueno ya saben... Nadie espera que pasen estas cosas. Yo creí que podríamos ser algo grande cuando era obvio que no seria así, y tu con tus tiernos ojos me miras desesperado porque ignoro tu sonrisa, pero no sé como decir que no quiero que sientas lo que sientes, ya que cada día que pasa incrementa esa sensación en ti a la cual yo renuncie al responder ese beso que junto a su lengua trajo hacía mi grandes cosas, proyecciones, ilusiones que no me parecen utopías fantásticas de lo que podría ser si mi inestabilidad no me convirtiera en lo que soy. Yo quisiera saber cómo hacerte entender de la mejor manera que no creí que el orden cósmico de las cosas que siempre me atrae a esta situación tan familiar fuera a suceder contigo. Así que querido mío, de eso que no fue necesario una sólida jugada de ajedrez, te pido disculpas por no ser fiel a lo que nunca tuvimos en realidad. Ahora me quede en aquellos brazos de esperanzadores sueños que no quiero arruinar con confusiones absurdas. Absurdas como esta humilde servidora.

Charles Bukowski

No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. ¡Maldita sea!