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Esta es la fecha perfecta para una clásica despedida... Sin embargo, mi despedida no será la misma que hago todos los años, está es real, verdadera, llena de sentimientos (de amor y odio) de confesiones, de aceptación. Es la despedida que hago a una parte de mí.

¿Por qué hacerlo ahora? La respuesta es muy sencilla, es la ocasión apropiada para cerrar el círculo de lo maldito. Aunque me he quedado con muchas palabras en mi garganta y en mis dedos, ya es tarde para revelar los secretos de muchos de mis actos hayan sido o no llevados a cabo.

Triste y alegremente debo darle fin a muchos asuntos internos conmigo misma pero que tiene mucho que ver con otros también y es aquí donde debo hacer un hincapié entre lo vivido y lo soñado, para poder concluir lo inconcluso que tantas veces me rompió el corazón.

Desde hoy, soy consciente de que no los veré más, espectros malditos, a los que tanto herí y que tanto me hirieron. A ti, viejo amor, que ya no veré más en los almuerzos, en las caminatas, en los estudios, en la frustración. A ti, que fuiste cómplice de mis arrebatos, de mis dolores más íntimos, de la sangre pura y furiosa, de lo anormal y lo enfermizo. Me despido de tu recuerdo, de las frases que no te dije, con las explicaciones jamás expuestas, con el odio ocultado, con los celos tragados y sobretodo con el amor lleno de ira que tengo guardado en un cofre sólo para ti, pero que jamás abriré. Ya no tengo que verte, soy libre de tus ojos, de tu cinismo, de todo aquello que vivimos juntos por tanto tiempo y que murió tristemente en las mentiras de los actos que hicimos sólo por hacer, sin sentido, sin realismo, sin verdadero afecto.

Soy libre de aquellas sombras que reflejaban lo peor de mí, porque no hay nada más terrible que ver a cada instante los errores cometidos por la incompetencia y la inmadurez, me equivoqué tantas veces -más de las que puedo recordar- y aunque mis ojos sólo mostraban frialdad ante ellos, sentía que enloquecía, que moriría. Y ahora las cadenas me han liberado, estoy lista para alejarme de todo aquello.

Con este cambio de todo, no sólo se va un año, sino que con el, se van mis pesadillas, lo peor de mi pasado, aunque lo que tanto soñé llego lentamente pero muy deprisa, siento que no estoy lista en la totalidad, pero no estoy dispuesta a seguir esperando, llego el momento, y sé que aún no lo noto, pero estoy en el mejor momento de mi vida. Estoy donde siempre quise estar. Es hora de decir adiós, a cada tormento y buen momento vivido. Adiós a lo que fui. En unos días más comienza el verdadero camino, el que tanto anhelé. En este fin nace el principio de la vida, me despido sin un mínimo de pena de tí, de ustedes, de mi, de los recuerdos, de las culpas, las penas y las tristezas. Adiós niñez.

Charles Bukowski

No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. ¡Maldita sea!