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Yo tuve un amor, tan enfermo y obsesivo que me daba la vida con un beso
y me la arrancaba con un insulto. Ese amor que pertenece al pasado
fue el más intenso de mi historia, tan hiriente que mi estómago se llenaba de
oscuras mariposas que vomitaban dentro de mí.

El era el sol, y yo la sombra; Tan distintos pero enamorados y cuanto sufrí,
pero a la vez la felicidad me invadía, el por qué de todo eso se puede responder
fácilmente... Era un amor adolecente, de esos apasionados y crueles, en los que entregas
todo lo que posees y aún así no es suficiente, y el dolor es el pan de cada día
mientras te tortura con una palabra y lo recompensa con una caricia.

Era su aliento, su olor, sus labios, su lengua... Todo lo que me obsesionaba,
y no importó, porque su egoísmo fue más grande que su amor por mi,
porque su escencia seductora no soporto las cadenas del enamoramiento
y yo, con mi espíritu libre volé lejos para no matarme en el laberinto
de la humillación que a su lado vivía día a día.

Charles Bukowski

No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. ¡Maldita sea!