|
El tango se baila de a dos,
pues si no fuera así los protagonistas no serían cómplices...
Se visten de manera elegante, el muy seductor
y ella se ve muy sexy con sus tacones y labios rojos.

Es un baile apasionado, se miran a los ojos
y son uno mientras danzan y sus piernas se entrelazan
el desamor, la lujuria y el amor se resume en una canción
que parece eterna mientras el tiempo se detiene
y el mundo son sólo ellos dos.

¿Qué sucede? nuestro tango parecía ser
un clásico original, sin embargo a pesar de
tener las ganas e intensiones de bailar
el piso se desmorona mientras te agarro fuerte para no caer
y estamos bien, aunque el terreno parezca arena
sigo bailando contigo, pero tengo miedo
¿qué pasa si se nos acaba la canción?
a veces siento que mis tobillos se debilitan
y el dolor por los tacones se vuelve insoportable.

Cuando te pedí bailar conmigo,
creí que siempre tendría el coraje para
bailar una eternidad, pero mientras más segundos pasan
más pequeña me siento.
Pero sigo a tu lado danzando y danzando
porque confío en nuestro baile.

¿Quieres seguir bailando conmigo?
el tango se baila de a dos, y quiero bailarlo contigo
estoy agotada y he fracasado en bailes anteriores
los tacones son muy frágiles y suelen romperse,
pero tengo fe en ti, aunque el show sea
el mayor fracaso de mi vida.
|
Yo no quiero vivir así,
no quiero que las cadenas del pasado marquen mi juventud
no puedo vivir en temor
encerrada en paredes de tortura infinita
con lágrimas de porcelana
asumida en frases paupérrimas
intentando respirar.

Lo grisáceo me absorbió
y soy actriz en mis días
cuando el sol alimenta el aire
y yo sonrío por deber,
sin sentir alegría
ni su sudor en mi piel.

¡Que los demonio vuelvan a su infierno!
que no toquen mi puerta
que no revolucionen mi locura
que se alejen de mi dolor.

¡Que los ángeles se pudran!
que no toquen mis máscaras
que no tallen mis ojos
que no suavicen mis labios
que dejen en paz mis marcas.

Y que en el no recuerdo
él descanse en paz
y que en el recuerdo frágil
él abuse a navajas
para así, no marcar la niñez de nadie,
que aquello se mezcle en reencarnaciones
perdidas por mitos inventados
para no asumir la realidad.

La belleza de lo putrefacto
se ahogó en voces susurrando
cuentos infantiles,
hiriendo los corazones que entienden
lo subliminal de la historia,
cuando la bella durmiente al final,
no despertó

y su vida se espantó en un beso
que nunca llegó para
rescatarla de su destino.

Charles Bukowski

No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. ¡Maldita sea!